La concepción de las reservas de la biosfera por la UNESCO en la década de los setenta, sentó un
precedente importante en la lucha por conservar la naturaleza sin menoscabo de la generación de bienes y servicios para satisfacer necesidades sociales y privadas. Pero, las reservas de la biosfera no garantizan por sí mismas la protección de la gran diversidad biológica que hay en México. Es necesario considerar también los corredores biológicos, las zonas de protección de flora y fauna, las reservas especiales de la biosfera, los parques nacionales y otras áreas naturales protegidas que contribuyen de manera específica al equilibrio ecológico del país. En el corto plazo se contempla la integración de las diferentes áreas naturales en un Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas, que establecerá prioridades así como mecanismos de administración y financiamiento acordes a la problemática actual.
El atlas de las Reservas de la biosfera y otras áreas protegidas de México publicado con el apoyo de la CONABIO es un buen punto de partida para conocer la magnitud y variedad de nuestros recursos bióticos, su nivel de protección y los desafíos que persisten en materia de conservación. En esta obra se presenta una descripción de las 39 áreas que estuvieron a cargo de la antigua Secretaría de Desarrollo Social que incluyen 17 reservas de la biosfera, 13 reservas especiales de la biosfera, 3 monumentos naturales, 2 parques marinos nacionales y 4 áreas de protección de flora y fauna silvestre.
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